SE INVESTIGA SI UNA MUJER DE MARCELINO ESCALADA HABRÍA FALLECIDO POR FENTANILO

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La noticia tomó relevancia a nivel nacional luego de ser publicada por el Diario La Nación, que dio a conocer una lista de pacientes que habrían fallecido en el marco de la investigación por la utilización de fentanilo en un sanatorio de Santa Fe.
En ese listado aparece el nombre de una vecina de Marcelino Escalada, y en diálogo con La Radio de Molinas su hija, Sandra Martínez, compartió su versión:
“El caso del fentanilo no lo tenía en mente como causa de la muerte de mi mamá. Ella se había sometido a una microcirugía, hubo una mala praxis y al cabo de cuatro días le hicieron una segunda cirugía. Después pasó a terapia intensiva y estaba sedada, pero nunca supimos que fuera con fentanilo”, relató.
Martínez explicó que se enteró por un periodista, quien accedió a la lista de pacientes fallecidos entre abril y mayo. “Hace unos minutos me llamaron de LT10 para preguntarme si el Sanatorio o algún allegado me había informado de esta causa, porque están llamando a los familiares de todos los pacientes que murieron por fentanilo”, contó.
La vecina señaló que aún no tiene certezas:
“Tengo que viajar a Santa Fe, pedir la historia clínica y averiguar todo. Ella estaba mal, y dicen que el fentanilo fue lo que más la afectó. En esos días me informaron que hubo al menos diez pacientes que murieron por esa causa”.
Finalmente, adelantó que evalúa presentarse como querellante:
“Me dijeron que era un paro cardíaco y que no resistió la cirugía, pero ahora debo seguir con el caso. Todos me están diciendo que tengo que ser querellante para sacar a la luz lo que está pasando”.
La causa sigue bajo investigación.  Compartimos la noticia emitida por el medio La Nación:
Fentanilo contaminado: “Los médicos dijeron que se encontraba bien y horas después murió”
Sandra Martínez, hija de Norma Vázquez, de 83 años, que falleció el 12 de abril pasado, contó que su madre fue sometida a una cirugía de vesícula y que le suministraron fentanilo tras una segunda operación
Norma Vázquez, de 83 años, decidió operarse de la vesícula el 4 de abril pasado, en el sanatorio Diagnóstico de la ciudad de Santa Fe. Su hija Sandra Martínez trató de convencerla que no lo hiciera, por la avanzada edad que tenía, pero Norma estaba cansada de sufrir dolores cada vez más seguido cuando comía.
A pesar de su edad, su hija recuerda que estaba en buen estado de salud, tras haber transitado una vida sana en el campo. Fue cocinera durante muchos años en la estancia La Luisa, en Marcelino Escalada, un pueblo que queda a 130 kilómetros de Santa Fe. Después de jubilarse, Norma se instaló con su marido en el pueblo y en la tranquilidad de Marcelino Escalada disfrutaba de cuidar primero a sus cinco nietos y luego sus dos bisnietos.
El 4 de abril pasado, en el sanatorio Diagnóstico, de Santa Fe, le realizaron una microcirugía de vesícula, después de que pospusieran el turno tres veces, según recordó Sandra, su hija, en diálogo con LA NACION. “La cirugía salió mal y le perforaron el intestino, por lo que seis días después le hicieron la volvieron a operar, porque perdía materia fecal por el intestino”, advirtió Martínez.
Tras la segunda operación, para poder subsanar el problema que se había agravado, Norma fue enviada a la sala de terapia intensiva. “La sedaron y la intubaron. Los médicos me dijeron ese día que la operación había salido bien, pero al otro día falleció. Me dijeron que fue por un paro cardiaco, debido a que no había podido soportar la segunda cirugía”, aseguró Sandra Martínez, que recordó que el 12 de agosto se cumplieron cuatro meses del fallecimiento de su madre.
Los familiares de Norma Vázquez no tenían idea de que a esta mujer de 83 años le habían suministrado uno de los lotes de fentanilo contaminado con Klebsiella pneumoniae MBL y Ralstonia Picketti, que provocaron en decenas de pacientes cuadros de neumonía muy severas.
Lo llamativo es que Sandra Martínez, la hija de la paciente fallecida, se enteró de que a su madre le habían suministrado el fentanilo contaminado, que se fabricó en HLB Pharma, cuando recibió el llamado del periodista santafesino Pablo Benito.
Su nombre figuraba en la lista de familiares de los pacientes fallecidos, en la causa que tramita el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak, a los que les suministraron el fentanilo contaminado en el laboratorio de Ramallo.
“Hasta que me avisó este periodista no sabíamos lo que había pasado. Siempre pensamos que mi madre falleció de un paro cardíaco, porque no había soportado la operación. Nos llamó la atención que los médicos dijeran que se encontraba bien, y horas después murió”, admitió Sandra Martínez.
La causa
Hoy ya son 87 los fallecimientos confirmados y otros 9 están en investigación, según lo ratificado por Ernesto Kreplak, magistrado a cargo del expediente.
La magnitud real de la tragedia sanitaria desatada por las ampollas contaminadas de HLB Pharma Group y Laboratorio Ramallo aún es incierta.
Mientras que en el expediente judicial crece la cantidad de muertes confirmadas o en estudio en relación con el uso de fentanilo contaminado, el Ministerio de Salud de la Nación mantiene en 48 esa cifra. Esto es de acuerdo con las notificaciones recibidas desde las jurisdicciones y aun cuando distritos como Córdoba e instituciones en esa provincia informaron casos ante requerimientos judiciales.
El total de afectados oficializados en tres provincias, en tanto, se mantiene en 67, como en las dos últimas semanas. Son 46 en Santa Fe, 19 en la provincia de Buenos Aires y dos en la ciudad de Buenos Aires. De hecho, no ingresaron nuevas notificaciones desde entonces al sistema nacional de vigilancia sanitaria.
La cartera nacional aclaró que, hasta el cierre de la última actualización del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), “no se han recibido notificaciones del evento presentado provenientes de la provincia de Córdoba; la jurisdicción se encuentra realizando la investigación epidemiológica para recabar la información pertinente”, pese a que trascendió que existen cuatro casos, uno de ellos con desenlace fatal.
Ahora, los investigadores deberán resolver una cuestión tan técnica como crucial: confirmar si los pacientes murieron “con” la bacteria detectada en el medicamento o “por” ella. La diferencia es clave para determinar responsabilidades penales y dimensionar el daño causado por un fármaco que, paradójicamente, se usa desde hace más de 40 años para aliviar el dolor, inducir anestesia general y asistir la respiración en cuidados intensivos.
Por Germán de los Santos
Fuente: La Nación.