Una serie de robos reiterados afectó en los últimos días a la conocida «Verdulería Ramirito», ubicada en el centro de San Justo, generando gran preocupación en el comerciante y en la comunidad. En diálogo con Buenos Días Para Todos, Ramiro Brasca, dueño del local, relató los hechos que comenzaron a salir a la luz esta semana.
Todo empezó cuando un vecino encontró una bolsa de papas escondida en un terreno lindero, lo que alertó a Brasca. Al revisar las cámaras de seguridad y el depósito, descubrió que había sido víctima de múltiples robos, en los que un delincuente identificado ingresó al lugar varias veces en la madrugada. Se llevó al menos 10 bolsas de papas y dos reeles de pesca, entre otros elementos.
“Nos estaban robando y no lo sabíamos”, dijo Brasca con evidente desazón. “Este tipo entró varias veces, quedó filmado saltando el tejido, entrando por el portón lateral… vino tres veces la misma noche. A las 2, a las 4 y a las 6 de la mañana. Nadie lo vio, nadie lo detuvo”.
El comerciante señaló que el delincuente —cuya identidad sería conocida – se manejaba con total impunidad, incluso ofertando lo robado en los alrededores.
“Esto no es para comer, esto es para vender y comprar droga”, expresó con crudeza. “Yo hago un esfuerzo enorme, viajo a Santa Fe para traer la mercadería, y esta gente te arruina”.
Aunque destacó la buena atención recibida en la Comisaría Primera y el llamado de apoyo del jefe de gobierno local, Brasca hizo hincapié en la falta de prevención y control:
“Tenemos cámaras, hay patrulleros, pero no alcanza. ¿Nadie ve a un tipo encapuchado caminando con bolsas de papa y cañas de pescar a las 3 de la mañana?”.
El comerciante también expresó temor por un posible encuentro con el delincuente, ya que, en uno de los videos observados, el ladrón sale del lugar a las 6:03 y una empleada ingresa solo dos minutos después.
En cuanto a las medidas tomadas, contó que ya reforzaron puertas, analizan instalar nuevas cámaras y piensan en alternativas para mejorar la seguridad. Sin embargo, subrayó que la solución no es solo individual:
“Esto le puede pasar a cualquiera. No alcanza con cámaras, hace falta voluntad y decisión política para frenar a los mismos de siempre”.
Brasca, indignado, remarcó que en muchos casos las víctimas terminan sintiéndose más desprotegidas que los propios delincuentes:
“Yo sé las leyes, pero te juro que, si voy a la casa de este vago y lo insulto, seguro estoy más detenido que él”.
La situación generó una ola de solidaridad de vecinos y clientes. Mientras tanto, la investigación sigue su curso y las autoridades intentan determinar el grado de participación de los involucrados, que serían al menos dos personas, una de ellas menor de edad.
Desde “Ramirito”, a pesar del mal momento, siguen adelante con el trabajo diario:
“Nos vamos a buscar mercadería como siempre. Gracias a toda la gente que me escribió”.
